En España, tres mujeres denuncian violaciones cada día. Pero la violencia sexual está en todas partes. Es una pandemia mundial.
Lola volvía a casa del súper. Era pronto, pero ya había anochecido. Un chico le pidió que dejara abierto el portal y no tuvo problema: “Estaba tranquila”. Arriba, en el tercer piso, esperaban su marido, su bebé y un amigo. “En el primer rellano me cogió, me estampó contra la pared y me metió mano. Me pude zafar y salir corriendo, pero no conseguí gritar. Era como en las películas, abría la boca y no salía sonido”.