Una situación de violencia de género en la pareja se caracteriza porque en general existe la imposición de los deseos de una de las partes (él), por encima de las necesidades o deseos de la otra parte, (ella) sin importarle las consecuencias negativas que esta imposición pueda tener en la vida de la otra persona ni de sus hijos e hijas. Esta relación de dominio y de poder, se extiende en el tiempo, llegando a tener efectos devastadores en el bienestar físico, psíquico y emocional de las víctimas. Cabe decir que la violencia siempre es de carácter cíclico y va en incremento, nunca hay vuelta atrás, si no se busca ayuda especializada.
Puede pasar que tras un episodio de violencia el agresor se arrepienta, llore, pida perdón y prometa cambiar y no volver a hacerlo. Este es el momento llamado ‘luna de miel’. En este momento las víctimas se sienten confundidas y aturdidas, necesitan creer que esas promesas de cambio son reales.
La experiencia nos dice que con el tiempo entre una expresión de arrepentimiento y una nueva agresión cada vez pasa menos tiempo.
Puedes ver si en tu relación de pareja se da alguna de estas situaciones de abuso.