Son la base de toda nuestra filosofía, la plataforma de libertades fundamentales inherentes a todos los seres humanos, inalienables y aplicables en igual medida a todas las personas. La defensa de los derechos Humanos es el camino para la erradicación de la violencia.

Trabajamos para eliminar los obstáculos que impiden la igualdad real de trato y de oportunidades entre personas libres, no sometidas a otras. Consideramos imprescindible aplicar la perspectiva de género para lograr la plena equiparación en derechos y obligaciones de todas las personas.

Defendemos un modelo de sociedad basado en la pluralidad, la interculturalidad y el derecho a la diferencia. El respeto a la disparidad de opiniones, sentires y actuaciones es instrumento básico frente a la violencia.

Concebimos nuestras actuaciones como aportaciones necesarias para abordar un problema complejo y con múltiples perspectivas, apostamos por la colaboración institucional, público -privada e internacional pero también por la local y el trabajo en red, integrando las distintas disciplinas, recursos y agentes para asegurar la eficacia de las intervenciones.

Partimos de una visión integral de la violencia y consideramos que la única forma de erradicarla es actuando desde todos los ámbitos.