En ASPACIA trabajamos para eliminar la violencia sexual. Consideramos ésta una de las formas de violencia más extendida y a la vez más invisibilizada en el mundo. La violencia sexual tiene grandes consecuencias en las personas que la viven, siendo necesario destinar recursos a la reparación de éstas desde un enfoque integral.
La violencia sexual ocurre cuando alguien fuerza o manipula a otra persona a realizar una actividad sexual no deseada sin su consentimiento. La violencia sexual le puede ocurrir a cualquiera, incluyendo: niñas, niños, adolescentes y personas adultas incluidas ancianas. Pero los casos más frecuentes de violencia sexual son ejercidos sobre niñas y niños (la pedofilia y el abuso sexual intrafamiliar) y la violación de mujeres. Quienes abusan sexualmente pueden ser personas conocidas, miembros de la familia o personas desconocidas.
La mayor parte de las agresiones sexuales tienen un componente de género, son realizadas por hombres contra mujeres. Además de la propia satisfacción el agresor busca un ejercicio de poder y dominación conforme a pautas ideológicas y sociales que tiene aprendidas.
El abuso sexual es una realidad en muchos países y, sin embargo, continúa siendo un tabú y sobre su existencia se tiende una cultura de silencio que dificulta su afrontamiento y
eliminación.